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domingo, 1 de agosto de 2010

"El torrentoso sueño del Mapocho Navegable" - La Tercera - Tendencias - 01-08-2010

Algunos vecinos del futuro parque sueñan con viajar en ferry por el río, usando una tarjeta bip! para llegar al centro. Aunque suene utópico, esperan con ansias el emblemático proyecto.

por Oscar Contardo

Cuentan que Margareth Rockefeller Strong, viuda del marqués de Cuevas, en su primera visita a Santiago hizo el siguiente comentario sobre nuestra capital: "Se parece a El Cairo". Luego calló o tal vez agregó algo que nadie quiso recordar. Naturalmente, la señora Strong no debió haber estado pensando en pirámides ni camellos cuando comparó la ciudad con la capital egipcia. Tal vez sí en el comercio callejero, y seguramente en la sequedad del paisaje que observó en el trayecto desde el aeropuerto a la ciudad: esa aridez interrumpida débilmente por el río que atraviesa Santiago, como el rastro de una cicatriz vacilante, la mayor parte del año anémica, y a veces sorpresivamente y trágicamente abundante. Un río muy distinto del Nilo, por cierto.

Para entender la cartografía metropolitana basta un ejercicio: tome una piedra, arrójela contra un vidrio polarizado, luego observe la huella que la piedra dejó en el vidrio. El mapa de Santiago tiene una silueta parecida a eso. Una explosión de distintas aristas distantes. Hilachas que se escapan del centro. Un eje de esas hilachas es el borde surponiente del río que, bajando desde la Estación Mapocho, se transforma en el Parque de los Reyes.

Más allá del primer tramo del Parque de los Reyes, enmarcado por imponentes moles de edificios de departamentos estilo Resignación Soviética Neoliberal, se viene una sucesión de pasos bajo y sobrenivel que cortan la continuidad de la costanera. El final de esa arista es la Costanera Sur, que bordea el extremo en donde el Mapocho sale de la ciudad. El tramo en el que confluyen tres comunas (Cerro Navia, Quinta Normal y Renca) y en el que se pondría en marcha el Mapocho Navegable según las últimas noticias del controvertido proyecto urbano promovido por el Presidente Piñera. Es el extremo oeste del río, el Mapocho West End, por así decirlo.

"Si no trae agua y lleva pura mugre, ¿cómo va a ser navegable?". La pregunta es desafiante y es de Juanita. Mujer viuda, madre de cinco hijos, natural de Valdivia. Calcula que hace más de 30 años que vive en Quinta Normal, frente al río, o más bien frente al Club Deportivo de Rayuela Cultura y Social Chicauma, que se instaló en un terreno ganado al Mapocho. "Antes el río pasaba por aquí", dice señalando con la mano una distancia asombrosamente cercana a la cuneta. Con empeño y la mano de obra del PEM y el Pojh se hicieron un club de rayuela y un campo de fútbol. "Yo fui capataz en esos trabajos", asegura Juanita.

En barco al centro

En este tramo de la ribera no hay parque, y aunque en el mapa el espacio está pintado de verde, en la realidad es una lonja de terreno café salpicada de color mugre. Algunas cuadras más arriba, la señora Funilda Alvarez pasea entre montones de llantas abandonadas y charcos de agua de la última lluvia. Hace frío. La escena tiene como decorado de fondo un inmenso letrero de una boite instalado sobre el techo de un garaje. El letrero está dispuesto para ser visto desde la Costanera Norte por el viajero que llega a la capital. Funilda pasea a su perro en el terreno baldío que se eleva en la medida en que se acerca al cauce. El Mapocho está ahí, pero no se ve. Lo tapa una colina de barro como tajamar de la que se descuelga basura de todo tipo. Allí pasea Funilda que tiene en mente una atrevida idea para cuando se pueda navegar en el Mapocho: "Un barco que me lleve al centro". Un ferry, con tarjeta bip! "Se imagina…", dice con la misma cara de felicidad imposible de quien sueña con ganarse la lotería. "Eso y pastito verde", agrega.

Juan y Rosa saben de pastito verde y hermoseamiento. Trabajan aseando parques en Las Condes (Plaza Martin Luther King) por el mínimo, y el mínimo es poco. Y como es poco y tienen cinco hijos (los tuyos, los míos, los nuestros), no salen a servirse nada que no sea gratis. Por eso se sirven algo en el parque junto al Mapocho, en Cerro Navia, en el epicentro del West End. Están ellos y un señor que domina una jauría de perros que atacan en patota al quiltro solitario.

"Ahora no está hediondo", pondera Rosa. La limpieza del Mapocho ha surtido efecto. La gente puede usar el parque sin tener que acostumbrarse al impacto del olor a cloaca que caracterizaba al río. Alonso de Ovalle describía lo práctico que resultaba a los vecinos de Santiago colonial arrojar los desperdicios al torrente de las acequias y a la cañada que se desprendía por la Alameda. La comodidad de vivir en una pendiente, al parecer se transformó en un atavismo que hizo caso omiso del crecimiento demográfico. El santiaguino juzgó lógico que si ya había un río, ¿para qué hacer una cloaca? Lógico.

La última esquina junto al río antes de que la ciudad termine es un montón de cartones y tablas cubiertas por un plástico azul refulgente. Ahí vive un hombre con un, dos, tres, seis perros. La choza está dispuesta con vista al río. A metros del lugar un gran letrero advierte que si alguien llegara a botar basura corre el riesgo de ser multado. Jorge pasea por ahí, al borde de la costanera que se eleva. Jorge piensa que sería estupendo que arreglaran, "que sacaran tanta mugre que vienen a botar". Dice que vienen de noche y que le da vergüenza. Apunta con la barbilla a la Costanera Norte, a los autos que bajan desde el aeropuerto. "Imagínese lo que piensan de nosotros cuando ven tanta porquería".

3 comentarios:

  1. Sería lindo ahh, cambiaría radicalmente la cara de Santiago centro, pero encuentro que lo navegable es mucho, si con mantenerlo limpio está bien.
    Además, dentro de las prioridades de cualquier gobierno, esto debe estar al final de la lista.

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  2. Que el Mapocho ha de ser una línea de belleza en la ciudad, está claro. Pero de ahi a hacerlo navegable, hay una distancia que ademas de larga es inescesaria. Es un puro anhelo europeista el que lleva a querer revertir -con un esfuerzo ecónomico abultado- la inclinación y volumen del rio. Aun en europa, en la mayoria de las ciudades con rios y canales navegables, estos últimos no son utilisados para transporte público. (olvidese del barquito con Bip!)
    Creo que lo apropiado es utilisar todo el terreno aledaño al rio para generar un pulmon verde. Pero uno de verdad: colmar de ARBOLES la rivera, los que pueden ser regados con el mismo agua. En el trecho de vitacura, antes del puente de lo curro, la misma naturaleza a empesado a repoblar con flora nativa la rivera...

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  3. Que fantastico que se pudiera dar un vuelco total a todo ese paisaje que se describe anteriormente y mejorar la calidad de vida de la gente de Santiago y Quinta Normal.

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